LA UNSCH


LA UNSCH EN EL CONTEXTO DE LOS 90`

Entre 1988 y 1991 la universidad estuvo cercada por la violencia; éstos fueron los momentos más difíciles que vivió la universidad. No hubo una intervención abierta contra la universidad, pero los agentes de las fuerzas armadas realizaban acciones encubiertas, por medio de la infiltración, el sabotaje y los asesinatos. En dicho período, el patrón de asesinatos (en Huamanga y la Universidad del Centro) constata una práctica sistemática de violación de los derechos humanos. Este es el período en que se presenta el saldo más alto de víctimas en la comunidad universitaria. La universidad vivía al borde del colapso, las organizaciones universitarias estaban totalmente desestructuradas, y muchos docentes habían abandonado la universidad.

Fue entonces que llegó al rectorado Pedro Villena, en momentos en que se pensaba en la posibilidad de una intervención o en el receso. Dicho personaje buscó mejorar las relaciones entre la institución universitaria y los poderes de facto en Ayacucho; es decir, el ejército y la cúpula de la iglesia católica. Villena encontró apoyo en el sector más conservador de la iglesia católica, en la figura del entonces monseñor Juan Luis Cipriani. Este contacto fue primordial para ganarse la confianza de los sectores militares, hasta entonces adversarios de la universidad, y tener acceso al presidente, asegurándose el apoyo del gobierno central frente al tema de las rentas. A cambio, el Estado esperaba la apatía de la universidad y el silencio absoluto ante la acción de los militares y el gobierno autoritario. Este contacto con los poderes de facto explica porque la UNSCH no fue intervenida militarmente, en momentos en que otras universidades sí lo eran, a pesar de ser concebida como “cuna del senderismo”.

Es de esta manera, que el rector de la UNSCH se vincula personalmente con el Obispo Auxiliar de Ayacucho, con lo que logra ganar la confianza de los sectores militares hasta ese entonces adversarios de la Universidad y lo más importante tener acceso a Alberto Fujimori con lo cual podía asegurarse apoyo del gobierno central, en especial frente al importante tema de las rentas.

Finalmente las buenas relaciones del ingeniero Villena con el gobierno de Alberto Fujimori le permitieron posteriormente ocupar el cargo de Ministro de Estado. Al finalizar el período de Pedro Villena, la Asamblea Universitaria elige a Enrique Gonzáles Carré como nuevo rector, en esta nueva gestión se inicia una suerte de recuperación de la Universidad manteniendo una relación pragmática de armonía con el monseñor Cipriani y el Comando Político Militar; además con la reducción de la violencia política se abre la posibilidad de restablecer vínculos de cooperación entre la UNSCH y otras instituciones académicas y culturales.